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Buen fichaje para la embajada en Canadá

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VT Investors

Aunque no es oficial aún, todo parece ser que el nuevo embajador de Colombia en Canadá sería el ingeniero Jorge Londoño de la Cuesta, exgerente general de Empresas Públicas de Medellín, EPM. Todo es cuestión de que el gobierno canadiense otorgue lo que llaman en el lenguaje diplomático: l’agrément, pero eso no deberá representar ningún inconveniente.

Como fiel seguidor de todo lo que sucede en el ámbito bilateral entre Colombia y Canadá, me motivé a escribir este artículo y debo decir que es un verdadero acierto nombrar al doctor Londoño como representante de nuestro país en Ottawa. Su cercanía con industrias estratégicas para el país, su trayectoria como empresario y su relación y gusto con los temas agroindustriales, le dan unas fortalezas importantes para seguir promoviendo y enriqueciendo la relación entre los dos países.

Debo decir que no conozco al señor Londoño de la Cuesta, sin embargo, en el momento en que sucedió la contingencia de Hidroituango, – una presa a 225 metros de altura que planea adicionar 2.400 MW de capacidad instalada, un 13% adicional a la capacidad actual-, me encontraba trabajando en el gobierno y surgieron muchas preguntas con relación al manejo que se le estaba dando a la crisis en Colombia. Considero que los mensajes que salieron de la empresa fueron claros y las distintas audiencias se alimentaron de información ordenada y veraz, lo que facilitó mi labor en ese momento. Eso habló muy bien de nuestro país y de la gerencia de EPM y por tal razón también me motivé a escribir este artículo.

Pienso que es un buen fichaje para el país por tres razones. Primero que todo, vale la pena mencionar que EPM es una empresa que en el primer trimestre registró ingresos por 4.7 billones de pesos, un tercio de lo que representaría la reforma tributaria; estamos hablando de una de las empresas mas importante de este país con un ambicioso plan de compras, lo cuál certifica que el nuevo embajador tiene una visión clara de cuales son las necesidades especificas de nuestro país en materia de abastecimiento en el sector energético, un eslabón de la cadena fundamental en el que Canadá tiene una infinita oferta de calidad.

En segundo lugar, es bien sabido el apetito por parte de los fondos de inversión y de pensión de las distintas provincias por empresas del sector minero-energético e infraestructura. Sin entrar en discusiones políticas, hemos sido testigos de las importantes inversiones que estos fondos han realizado en nuestro país en los últimos años.

Por ejemplo, el fondo canadiense Brookfield adquirió el 99% de las acciones de ISAGEN por más de 11 billones de pesos, el fondo Caisse de Dépôt et Placement du Quebec (CDPQ) invirtió 1.000 millones de dólares en un ambicioso fondo mixto de infraestructura, PSP Investments aportó 140 millones de dólares en un fondo inmobiliario y adquirió el 30% de una importante constructora en Colombia; así mismo, el Alberta Investment Management Corporation (AimCo) y el British Columbia Investment Management Corporation (bcIMC) han hecho importantes inversiones en los sectores mencionados y así podríamos seguir mencionado casos de éxito de inversión en Colombia.

Lo anterior ratifica la idoneidad del candidato en tanto que conoce y entiende bien la dinámica de negocios en estos sectores estratégicos para el país, que además de ser grandes dinamizadores de la economía, representan una oportunidad de mejora considerable en la calidad de vida de los colombianos. Un relacionamiento estratégico con esta clase de fondos, se trasladará en mayor inversión para nuestro país.

Y tercero, pero no menos importante, su conocimiento y pasión por los temas agropecuarios, franjas en las que se concentra mas del 70% del comercio bilateral entre Colombia y Canadá. Es bien sabido que el futuro embajador es amante de los caballos de paso fino, un sector del que poco se habla y en donde desde mi experiencia puedo asegurar que hay una oportunidad que no hemos alcanzado a dimensionar.

En junio de 2017, el Congreso de la Republica reconoció como Raza Oficial Colombiana y Patrimonio Genético de la Nación a la raza del Caballo de Paso Fino Colombiano. Esto significa que el gobierno de Colombia contribuye activamente a la promoción, fomento, protección, conservación y desarrollo de la raza.

De acuerdo con Fedequinas, la industria del caballo criollo colombiano mueve la no despreciable suma de 5.4 billones al año y aporta cerca del 0.7% del PIB, casi la mitad de lo que aporta el sector minero.

Si tenemos en cuenta que un solo caballo, dependiendo de su genética y reconocimiento, puede costar hasta lo que su dueño diga, – como se dice el argot de los caballistas -, vemos que hay una oportunidad grande en este renglón, no sólo con animales en pie sino también en el campo genético con pajillas y embriones y todo lo que involucra la cadena del sector como la exportación de servicios de montador y arreglo de animales. A diferencia de otras especies como los bovinos, ovinos y caprinos, acá nosotros tenemos mucho que aportar al mejoramiento genético de Canadá. En la actualidad soy miembro del Ontario Paso Fino Horse Association of Canada (OPFHA) y fui testigo del gran gusto por el caballo de paso fino en Canadá, pero también fui testigo de la falta de ejemplares de calidad.

La calidad de esta industria ya se reconoce en Puerto Rico, Estados Unidos y República Dominicana, destinos más importantes de nuestras exportaciones, sin embargo, representa una oportunidad más aún cuando este renglón se incluye en el TLC y goza de desgravación total.

¡Le deseamos muchos éxitos al futuro embajador!

PD: Ni que decir de las habilidades como analista de los temas políticos, sociales y económicos de nuestro país, al frente de una de las empresas de consulta de opinión más importantes de Colombia.

Juan Camilo Vargas Vásquez

Socio en VT Investors y miembro de la Junta Directiva de la Cámara de Comercio Colombo Canadiense.