Amados hijos: no quise dejar pasar este histórico momento sin compartirles como nuestras vidas han cambiado a raíz de la pandemia del Covid-19.
El mundo no había sido testigo de una catástrofe económica de estas magnitudes desde la Gran Depresión; sin embargo, no quiero hablar de cifras económicas ni temas aburridos que quizás no sean de su interés, aún es muy pronto para saber que querrán hacer de sus vidas cuando sean grandes.
Nuestros hábitos y la forma de relacionarnos con el mundo exterior cambiaron. Quizás tú, mi Samuelito, que estás más grande, entenderás mejor el antes y el después de esta crisis. Y tú, mi pequeña Candelaria, quizás no encontrarás diferencia por tu corta edad, sin embargo, quiero dejarles esta sencilla carta para tratar de explicarles como el mundo cambió.
Tuvimos que empezar a considerar la forma como nos saludamos. El choque de manos, los besos y los abrazos efusivos con personas que no viven con nosotros, tendrán que esperar un buen tiempo. A ustedes los sigo abrazando con profundo amor. Es posible que el saludo de ahora en adelante sea con los codos o con los pies, pero esto no significa que no nos amemos, simplemente tendremos que ser un poco menos efusivos y más creativos al demostrar nuestro afecto. Afortunadamente, existen muchas formas para sentirnos amados, como por ejemplo, tocarnos menos y hablar más.
Bendita sea la tecnología, de lo contrario, no habría sido posible hablar y tomarme una cerveza con mis amigos. Lo hemos hecho un par de veces y hemos aprendido a valorar el tiempo para compartir en persona. Hemos concluido que debemos dejar de aplazar los momentos para compartir. Los bares y discotecas dejarán de estar tan concurridos, y quizás la opción de entrar al bar que este más lleno, deberá reconsiderarse. Ojalá el reguetón también reconsidere sus formas de baile.
Hemos celebrado fechas importantes como el día de la madre, la Semana Santa y hasta mi cumpleaños de manera virtual. De nuevo, entendimos la importancia de estar con los seres queridos y esto ha servido para extrañarnos más y darle valor a la familia; incluso, recibí una serenata virtual en mi cumpleaños que muy amorosamente me dio mi esposa. Jamás había recibido una y mucho menos virtual, con canciones de Soda Estéreo y Vicentico. ¡Se puede!
Fíjense que las empresas entendieron que es posible hacer teletrabajo sin dejar caer la productividad. Por supuesto, hay tareas que requieren presencia física, pero la gran mayoría pueden hacerse desde casa. Algunos han valorado la importancia de tener un trabajo y de esta manera han estado más comprometidos. Ya veremos si después de todo esto, las empresas siguen con esas buenas prácticas que ayudan al medio ambiente. Menos gente desplazándose en transporte público y en sus carros particulares, es algo que el planeta aclama a gritos.
La tecnología ha tomado un rol mucho más relevante. Gracias a ella, hoy es posible hacer muchas cosas que antes eran impensables. Estamos haciendo mercado por aplicaciones, hacemos fiestas, compramos apartamentos, visitamos museos y bibliotecas, todo de manera virtual; y un cambio muy importante: la educación a distancia, que, aunque ya existía, adquirió mayor importancia.x
Amados hijos míos, el mundo cambió y sin contar lo económico, creo que para bien. Por mi parte, he aprovechado mucho esta cuarentena. Por ejemplo, nunca imaginé estudiar en una universidad africana, me leí la versión conmemorativa del cincuentavo aniversario de Cien Años de Soledad, hice mucho más deporte y hasta incursioné en el negocio de la construcción – el cuál espero que prospere-, porque sin temor a equivocarme, son ustedes quienes disfrutarán los beneficios de ello. Todo lo hago pensando en ustedes.
Esta crisis nos aceleró una transición que ustedes iban a ver lentamente. Nos hizo despertar de una sobria rutina que nos encegueció de las cosas que son realmente importantes. Creo que nos cambió para bien.
Los amo mucho hijos míos, doy la vida por ustedes y solo espero que el mundo que les toque a ustedes y sus hijos, sea mejor. Cuando estén grandes podremos sentarnos a discutir todo lo sucedido en el año 2020.
Con amor, su padre.
Juan Camilo Vargas
Socio en VT Investors.